En compañía de María Espada, una de las grandes del Barroco español, Concerto 1700, el grupo —residente del CNDM en la presente temporada— del violinista malagueño Daniel Pinteño, reincide en nuestro siglo XVIII, aunque esta vez con un programa sacro. Estará dedicado a Juan Francés de Iribarren, uno de los más prolíficos maestros de capilla españoles del tiempo.
Navarro de nacimiento, pasó la mayor parte de su vida como maestro de capilla en la catedral de Málaga, cuyo archivo creó. Allí se han conservado cerca de mil obras suyas, entre ellas, más de cien cantadas, algunas de las cuales, no escuchadas en tiempos modernos, serán el objeto de este concierto.
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