De nuevo dos octetos en un mismo programa que, esta vez, reúne en el ciclo Liceo de Cámara del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) a dos de los grandes cuartetos de los últimos años, el Belcea y el Ébène. Tres cuartos de siglo separan las dos obras, fruto ambas de la inspiración de los años jóvenes de sus autores, que no habían alcanzado la veintena cuando las compusieron. En ellos se advierten rasgos de su producción posterior, pero también una frescura propia de la edad. En el caso de Mendelssohn, como sucede con su obertura para El sueño de una noche de verano, sorprenden las cualidades de una pieza que ha devenido angular en el repertorio y en las programaciones desde su estreno.