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Formas y emociones

Liceo de Cámara XXI ofrece para su temporada 2023-2024 una suma del indispensable gran repertorio, esas revisiones que de vez en cuando refrescan el panorama programador y los estrenos que hacen que cada año se pueda cumplir con la necesidad y la obligación de que un ciclo como éste tiene de presentar obras contemporáneas. Y, en este último caso, vamos a encontrarnos con un estreno absoluto de la griega Konstantia Gourzi, una compositora, directora de orquesta y profesora de muy variada y amplia actividad, encargado por el CNDM y el propio Cuarteto Quiroga, grupo residente del CNDM este curso, que será protagonista de la sesión en que se integra. Como estreno en España, hallamos el Cuarteto de cuerda nº 9 ‘Study on Beethoven IV’ de Jörg Widmann, cuarta entrega de los cinco cuartetos que, con pretexto en obras del genio de Bonn, pusiera en marcha el autor alemán en 2019. A él se suma Sonata para violín y piano, de José Luis Turina, uno de nuestros más importantes compositores del presente, además de compositor residente del CNDM esta temporada. Cabe mencionar, asimismo, la obra nueva de la barcelonesa Raquel García-Tomás, una de las compositoras con mayor proyección en nuestra vida musical a partir del estreno de su ópera Je suis narcissiste. También tendremos una página, casi de juventud, de la ruso-americana Lera Auerbach —en el concierto del trío que forman Fumiaki Miura, Jonathan Roozeman y Varvara—, una figura ya irremplazable.

Naturalmente, en cualquier programación, el periodo clásico y el Romanticismo alemanes suelen llevarse la parte del león. No pueden faltar ni Haydn ni Mozart ni Beethoven ni Schubert, es decir, esa suerte de Santísima Trinidad de cuatro miembros que abarca desde la invención hasta el culmen del cuarteto de cuerda. Asimismo, hallamos la original propuesta del Cuarteto Jerusalén sobre la literatura para cuarteto de cuerda en un programa que intercala a Paul Ben-Haim, figura capital de la música de israelí en el siglo xx, entre Mendelssohn y Debussy.

También están Brahms y Mendelssohn, esa figura a la que a veces pareciera que se le perdona la vida por estar rodeado de genios con un sentido de la existencia mucho más dramático que el suyo. Su inclusión en el repertorio de la violonchelista Sol Gabetta y el pianista Bertrand Chamayou es toda una declaración de intenciones, pues, además, se le confronta nada menos que con Johannes Brahms. De éste escucharemos, asimismo, su Quinteto para piano y cuerda en fa menor, op. 34 en el que al Cuarteto Quiroga se unirá Javier Perianes.

Añadamos a lo reseñado hasta ahora las recuperaciones, es decir, esas obras que debieran estar presentes con más asiduidad en los programas, que el aficionado conoce pero que difícilmente puede frecuentar. Por ejemplo, los cuartetos Cartas íntimas de Janáček o De mi vida de Smetana, que ofrecerá el Cuarteto Julia Fischer.

En esta edición de Liceo de Cámara XXI, hay dos sesiones dedicadas a octetos que reúnen cuatro muestras señeras del género, con profundas conexiones entre sí, además. Se trata, por un lado, de los de Schubert y Widmann —casi dos centurias los separan— y de los de Mendelssohn y Enescu —tres cuartos de siglo—, por otro. Un repertorio que permite ampliar la nómina de intérpretes, con un cuarteto e invitados, como sucede en el primer caso con el Cosmos y los suyos, o dos cuartetos unidos, como en el segundo con el Belcea y el Ébène.

Especialmente interesante resulta en esta ocasión la apelación a El arte de la fuga de Johann Sebastian Bach como una suerte de origen y herramienta básica de la música occidental a partir de su propia época. El Cuarteto Casals asumirá, casi a mitad de ciclo, la responsabilidad de lo que para la audiencia es siempre una puesta al día de sus propias bases teóricas, esa especie de necesario ejercicio mental que sólo la música de Bach pareciera proporcionar, de esa manera y no de otra, al aficionado.

Y dejemos para el final, pero no, ni mucho menos, en último lugar, un concierto que, a partir del sexteto de cuerda, atiende de forma muy especial a eso que llamaríamos las emociones. Es el que reúne, con el protagonismo del Cuarteto Armida y sus amigos Jonathan Brown y Eckart Runge, nada menos que la introducción de Capriccio de Richard Strauss, el Sexteto de cuerda nº 2 en sol mayor, op. 36 de Brahms y Noche transfigurada de Schoenberg.

 

Luis Suñén
 


CNDM

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