La música instrumental italiana se fue liberando durante la primera mitad del siglo XVII de sus modelos vocales de partida para decantarse por el dominio del violín y la construcción de un estilo sin formas cerradas, hecho de fantasía y virtuosismo, a partir de giros armónicos inesperados, progresiones audaces, ornamentos imprevistos, contrastes extravagantes… Recibió el nombre de stylus phantasticus y Lina Tur Bonet y Musica Alchemica, residentes de esta temporada, presentan aquí una buena muestra de lo mejor de sus realizaciones en torno a uno de sus pioneros, Pandolfi Mealli, y a una colección publicada en Salzburgo en 1681 por Biber, su máximo representante.