XXXI CICLO DE LIED

Un mundo de claroscuros vocales

Ocho son los conciertos que se nos anuncian en la edición XXXI de Ciclo de Lied. Rompe el fuego la gentil soprano lírico-ligera francesa Sabine Devieilhe (11 de noviembre), voz argentina que actuará con Mathieu Pordoy, nuevo en esta plaza. Se cantarán lieder y mélodies de Liszt, Strauss y Lili Boulanger.

El siguiente recital (20 de enero), protagonizado por el penumbroso y pétreo bajo Franz-Josef Selig, se meterá a fondo en los imponentes lieder sobre Michelangelo de Shostakóvich, con el estupendo Gerold Huber al piano.

Voz muy distinta es la del barítono lírico Andrè Schuen (3 de febrero), bien contorneado, sonoro y de emisión canónica, que une a Schubert con Mahler, una pareja distante en el tiempo pero no en el significado y delineación de la música. El concierto se abre con los Lieder eines fahrenden Gesellen y se cierra con los Rückert Lieder del compositor bohemio, auténticas y reveladoras piezas capitales. Su habitual colaborador, Daniel Heide, estará a su lado. Novedad es, asimismo, Patricia Petibon (17 de febrero), voz ligera y volandera que nos propone un programa variadísimo con obras en su mayoría breves de hasta catorce autores distintos y algunos anónimos, que van de Bach (1685-1750) a Yann Tiersen (1970). Estarán con ella el violonchelista Christian-Pierre La Marca y la pianista Susan Manoff. Julia Kleiter (24 de marzo) es ya conocida en estas convocatorias por su voz educada y flexible de soprano lírica perfumada. Combina muy interesantes lieder centroeuropeos de Strauss, Mahler y Brahms con una sugestiva aproximación a Schoenberg (Vier Lieder, op. 27). Junto a ella, el pianista Michael Gees.

Otro que repite es el barítono Konstantin Krimmel (15 de abril), elegante, sutil y afirmativo, que acude con el buen pianista que es Ammiel Bushakevitz para cantar Schubert y —una novedad— Loewe. Podremos comparar así su Erlkönig con el del vienés. Al mes siguiente (27 de mayo), otro debutante, el tenor Julian Prégardien, de voz clara y bien emitida, estará asistido en Die schöne Müllerin de Schubert por el clavecinista, aquí pianista, Kristian Bezuidenhout. Cierra el círculo la rotunda y latina voz baritonal del francés Ludovic Tézier (10 de junio), cuyo repertorio está por determinar. El certero Julius Drake se sentará ante el teclado.

Arturo Reverter