La compositora Raquel García-Tomás es una de las voces más originales y brillantes de la actualidad. La compañía en esta ocasión no puede ser más ilustre, en un repertorio a cargo del Quiroga, grupo residente del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) esta temporada, que comienza con el Cuarteto de cuerda nº 16 en fa mayor, op. 135 de Beethoven, y continúa con el tercer cuarteto de Bartók, sobre el que Adorno escribió: «Lo que es decisivo es su poder formativo: la concentración de hierro, la tectónica totalmente original». La preocupación por la forma fue una constante a principios del XX que también afectó a Schoenberg. Su cuarteto, con el que este concierto culmina, representa un logro constructivo caracterizado por sus amplios arcos melódicos, el ritmo y un contrapunto diferenciado.