Pocos pianistas jóvenes han impresionado tanto en la órbita clásica como el islandés Víkingur Ólafsson (Reikiavik, 1984), ejemplo paradigmático de equilibrio entre libertad y disciplina, que disecciona a conciencia el repertorio para luego poder imprimirle un sello propio y distintivo. El fichaje por Deutsche Grammophon multiplicó el alcance de su trabajo, con álbumes monográficos sucesivos en torno a Philip Glass (2017), Bach (2018) y los franceses Debussy y Rameau (2020). Un año más tarde presenta en concierto su nuevo proyecto discográfico sobre Mozart y sus contemporáneos.
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