Es El arte de la fuga, que nos llegará en la versión para cuarteto de cuerda con el Casals, una de las composiciones mayores de Johann Sebastian Bach y, por ende, de la historia de la música. Una obra en la que se parte del desarrollo de un esquema formal —catorce fugas y cuatro cánones— para que fuera ejemplo de dominio del contrapunto. Al mismo tiempo, una evidencia de cómo de ese esquema aparentemente rígido puede surgir una fuente constante de invención y de emociones ligadas a ella. Es, en ese aspecto, la muestra perfecta de la relación entre lo abstracto y lo concreto, lo legible y lo sensible. Y con el efecto añadido de ser una creación inconclusa.