Nunca pierde esta barcelonesa, nacida en 1986, el gusto por la sorpresa, constante desde aquel Maria canta copla (2014) en el que reinventaba nuestro género más racial a partir de su voz delicada y fina como hilo de seda. Algo similar sucedió en aquel homenaje en 2017 por las cuatro décadas sin Cecilia: participaban más de treinta artistas señeros, pero ella acaparó las adhesiones desmigajando Si no fuera porque con la fragilidad de un animalillo herido. Y aún llegaría Eclíptica, homenaje a su tío bisabuelo Lluís Rodés. En esta ocasión, hará un recorrido por su discografía, desde su primer álbum Una forma de hablar hasta Lilith, visitando también canciones del folclore español y latinoamericano que se han cruzado en su camino. Rodés: nadie similar.