Sin necesidad de recurrir a fantasías astrológicas, el año 1685 fue ciertamente feliz para la música, pues nacieron Bach, Haendel y Scarlatti. A los tres los recordará la Orquesta Barroca de la Universidad de Salamanca, dirigida por Alfredo Bernardini. Dos sinfonías del italiano rodean conciertos —grosso y para oboe— y una sonata de Haendel. La sección bachiana —junto con una sinfonía de cantata— nos conduce al campo inagotable de los conciertos, con reconstrucciones de dos piezas, para oboe d’amore y para violín y oboe, que sólo nos han llegado en las versiones con instrumentos de tecla como solistas.