Las grandes rutas de peregrinación como el Camino de Santiago experimentaron su máximo esplendor durante la Baja Edad Media y fueron quizá el más claro exponente del crisol cultural de la época: los peregrinos, entre los que no faltaban los trovadores y juglares, contribuían al intercambio de ideas entre unos y otros reinos. El canto del peregrino nos invita, pues, a realizar un recorrido por la Europa medieval a través de algunas de las más famosas estampies italianas y francesas, sin olvidar la música andalusí y, por supuesto, nuestro rico patrimonio musical, representado aquí por las Cantigas de santa María de Alfonso X el Sabio.