En 1733, Bach quiso congraciarse con el rey de Polonia, que tenía a su disposición una de las orquestas más formidables de Europa, enviándole un Kyrie y un Gloria, díptico que formaba las misas luteranas del tiempo. Con posterioridad, el compositor fue añadiendo otros números hasta construir una «Gran misa católica», como se la llamó en el inventario post mortem de Carl Philipp Emanuel, el hijo del Kantor que heredó el manuscrito. Al frente de los grupos que fundara en 1991 y 1995, respectivamente, Thomas Hengelbrock, reconocido bachiano, ofrecerá esta obra monumental del arte universal que hoy conocemos como Misa en si menor.