José de la Tomasa, sangre ancestral y maestría directa del barrio de la Macarena, lleva por genética una forma cantaora que lo ha llevado a ser un referente en su tiempo. Y, a su lado, aprendiendo a caminar, el Turry asoma con su voz laína y melódica. En esta escuela de fl amenco se encuentran el maestro y el alumno: conjugan en presente la ciencia íntima de la jondura, dialogan sobre las lecciones que se transmiten desde nuestros antepasados, sobre el legado de una historia sentida y cantada.