El primero de los Razumovski beethovenianos es una de las claves de toda su obra cuartetística y una pieza imprescindible en cualquier antología del género. El Quinteto de César Franck, por su parte, posee todos los rasgos de un compositor que irá más allá del uso recurrente de la estructura cíclica para construir un mundo expresivo de una hondura no exenta de audacia.
Más información sobre: