Un concierto coreográfico que se toca y que se baila paseándose por lo aires que, al parecer, estaba de moda en la corte española de Felipe V y que el propio Borbón debió practicar. Según investigación de Diana Campóo, bailarina y directora de La Floreta, estos aires podían ir de las venerables pavanas y folías a las omnipresentes chaconas y marionas y hasta a los modernos fandangos. Hay en el programa piezas españolas e italianas, pero, como parece lógico, el énfasis se pone en el país que integró la danza de una forma más intensa y orgánica en los espectáculos teatrales, Francia.
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