19:30
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20:00
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Otsaila/25
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Az26
Auditorio Nacional (Cámara) | Madrid
20:00
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Og29
Auditorio Nacional (Sinfónica) | Madrid

Difuminando las líneas más pérfidas

Las fronteras son un artificio, el invento de algún ser humano voluntarioso en uno de tantos malos días para la especie. Pero estas Fronteras que acoge un año más el Auditorio Nacional de Música son un festín que celebra todo lo contrario: la ausencia de confines cuando lo que prima es la imaginación y quien empapa el aire de semicorcheas goza de una tarde inspirada. Sucederá durante las siete entregas de una edición de enorme calado pianístico, sobre todo por las dos figuras de relumbre, Brad Mehldau y Víkingur Ólafsson, que protagonizan las citas en la Sala Sinfónica. En el último cuarto de siglo han acaparado las alabanzas más exaltadas, si bien hasta las mayores hipérboles están justificadas: son el yin y el yang del instrumento más venerado y temido; el uno más jazzístico (aunque dejándose envenenar por la enseñanza visionaria de Fauré) y el otro más clásico (pero capaz de que Mozart vuelva a sonar como un genio risueño).

También ha impartido nuestro pianista lebrijano David Dorantes unas cuantas magistrales de inyectar sangre gitana y albedrío flamenco en sus sortilegios frente al enigma eterno de ébano y marfil; escoltado esta vez por otro de esos instrumentistas monumentales, el contrabajista Renaud García-Fons, que parecen contravenir los límites físicos de una especie con apenas diez dedos en las manos. E incorporemos al menú la personalidad dúctil y traviesa del británico Bill Laurance, más aún si lo acompaña su jefe de filas en Snarky Puppy, Michael League, ese oteador de amplios horizontes sonoros. No sabemos si su Where you wish you were es música global o una actualización 2.0 para el jazz contemporáneo…, aunque los Stones supieron zanjar mejor que nadie estas disquisiciones: «But I like it».

Apúntense a un viejo amigo del ciclo, el portugués António Zambujo, una garganta de miel de la que es imposible saciarse, ahora inmerso en un diálogo de lusismo trasatlántico junto al guitarrista brasileño Yamandu Costa. Sueñen con un Bach en la jungla (qué eternamente joven se conserva este caballero en sus primeros trescientos cuarenta años de inmortalidad) a partir de los sabios y virtuosos Leticia Moreno y Claudio Constantini, violinista española y bandoneonista peruano a los que las ocho letras de «fronteras» nunca les aparecieron en el crucigrama. Y desembarquemos por cortesía de Christina Pluhar y su L’Arpeggiata barroca en esas Wonder women que tres siglos atrás fueron orilladas como compositoras y denostadas cuales brujas alevosas. La humanidad progresa a trompicones, pero siempre gracias a las mujeres y los hombres que osan contravenir las normas y difuminar las pérfidas líneas de las convenciones.

Fernando Neira
 


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