Ian Bostridge, tenor inglés de timbre delgado y sugerente, heredero de Peter Pears, por citar un nombre de su nacionalidad, conserva su elegancia, su impoluta dicción, su característico e incisivo fraseo, su capacidad para colorear un texto y su habilidad para emitir en falsetes y media voz en busca de un particular refinamiento. Junto al estupendo Julius Drake, anuncia un programa de veras interesante en el que predomina la literatura romántica de Schubert y Schumann y en el que emergen, como elementos contrastantes, Mahler y, sorprendentemente, Henze.
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