Salamanca Barroca
En la Corte imperial vienesa del siglo XVIII, la conmemoración de la pasión de Cristo era un momento clave del calendario celebrativo que, indefectiblemente, debía ser enaltecido con música. Multitud de oratorios fueron escritos con ese motivo por compositores de la Corte, como Caldara, Ziani o Badia. En 1754, cuando ese esplendor musical estaba comenzando su declive, el napolitano Nicola Porpora hizo una nueva propuesta de música destinada a la contemplación y la meditación ante la cruz, rebosante de esa pietas que la dinastía de los Habsburgo llevaba a gala: Sei duetti latini sulla Passione di Nostro Signore Gesù Cristo. En esta obra, se fusionan elementos nuevos y viejos, se mezclan componentes del petit motet a dúo francés y el duetto da camera italiano, proponiendo, como sugiere Stefano Aresi, una concepción setecentista de la musica reservata. La obra merece, sin duda, la frase de la Eneida con la que el copista del manuscrito vienés rubrica su portada: Sic itur ad astra, «así se va a las estrellas».