Proyecto Europa
Todo un universo de influencias cruzadas conforma la realidad de las músicas italiana y española del Barroco. Aquí, L’Apothéose se atreve con algunas. Por ejemplo, con obras de músicos italianos que trabajaron en la Corte madrileña, como Giacomo Facco o Mauro d’Alay, violinista predilecto de Isabel de Farnesio, músicos que coincidieron en la capital con Basset y San Juan. Pero no hacía falta venir a España para marcar el paso a los maestros nacionales: el peso incontestable de Corelli, aquí transcrito por Iribarren, o de la escuela napolitana de ópera, que tan bien representan Scarlatti y Leo, se dejó sentir con fuerza en la Península.